Querida lectora:
Hace quince días que Uma, mi perra – una Yorki de trece años – se descompensó a raíz de una pancreatitis y a partir de ese día estuve haciendo lo imposible para sacarla del cuadro en el que estaba, con las directivas de dos veterinarias genias que me ayudaron a armar una enfermería en casa. Me enseñaron a pasarle suero, inyectarle antieméticos, calcular dosis de antibióticos, protectores gástricos, vitaminas y minerales. Esta fue la razón por la que la que la carta número tres se demoró tanto. Toda mi energía – que no era mucha, porque desde que Uma se enfermó, dormí cortado – estuvo concentrada en su recuperación. Pensé, mientras los días pasaban y yo no me sentaba a escribir esta carta que les había prometido sobre mi consumo cultural de cuarentena, que esto no hubiese sido viable en la mayoría de los trabajos. Uno no puede tomarse (no digo quince) unos días porque su perro se enfermó. Y los perros merecen que uno haga todo para que recuperen su salud. Estos seres hermosos dan amor, compañía, cariño y calor todos los días. No tienen días malos ni mal humor. Agradezco haber podido seguir el impulso de hacer todo lo que estuvo a mi alcance para que Uma se vuelva a sentir bien, aunque me haya costado muchísimas horas, idas y venidas a la veterinaria y a la farmacia, cansancio, desatención sobre todo lo demás. Dejé de pensar en muchas cosas que pensaba en mi vida diaria de cuarentena. Fue como una cuarentena dentro de otra cuarentena. Un párate dentro de otro párate, y me dejó aprendizajes y reflexiones, por supuesto. Hace dos días que la salud de Uma está mejor y espero que, aunque sea de a poquito, vuelva a su vida normal. Gracias por la espera.
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Voy a empezar la lista con Austin Kleon. ¿Lo conocen? Es probable que si. Tiene varios libros escritos y sus tapas son inconfundibles. Uno de ellos se llama Roba como un artista. Las 10 cosas que nadie te ha dicho acerca de ser creativo, y créanme es oro puro.
Austin tiene un blog y un newsletter semanal al que estoy suscripta. Se autodefine como the writer who draw. Su obra se hizo masiva cuando publicó su primer libro The Newspaper Blackout Poem, un compilado de poemas creados de la siguiente manera: en una hoja cualquiera de un diario en papel elige las palabras que le gustan, las encuadra y tacha el resto. Les dejo un ejemplo:

Y otro más:

Está rebueno para probar qué sale, ¿no? Pueden buscar algún diario viejo que tengan en su casa, o pasar por un kiosco y comprase el del día. Con un café o te en la mesa, en vez de leer la lista de malas noticias que suelen publicar, armen un poema. Hay una charla TED de él también, por si quieren saber más de su historia.
Vete para poder volver es uno de los capítulos de otro de sus libros llamado Aprende a promocionar tu trabajo. Kleon cita a sus gurúes, en este caso al diseñador Stefan Sagmeister. “Stefan es un creyente del poder del año sabático. Cada siete años, cierra su estudio y se toma un año libre. Su teoría es que, si dedicamos unos 25 años de nuestras vidas a aprender, los 40 siguientes a trabajar y los últimos 15 a estar retirados, es mejor usar cinco de los años de retiro e intercalarlos en los años de trabajo. Sagmeister afirma que los años sabáticos se convirtieron en un recurso extremadamente valioso en su trabajo: “todo lo que hemos diseñado en los siete años que han seguido al primer sabático, hunde sus raíces en el pensamiento desarrollado durante esa interrupción”.
¿Puede que sean las ganas de tomarme un sabático? Tal vez sí. Pero, además de eso, este aporte de Kleon me llamó la atención porque esta cuarentena tuvo algo de eso. Tuvimos unos quince o veinte días con la rutina completamente interrumpida y la cabeza se limpió de la rueda constante de pensamientos y objetivos, para dejar lugar a nuevas reflexiones, pensamientos y balances, que en mi caso fueron positivos, ¿les pasó algo así?
“Como es obvio, un año sabático no es algo que puedas hacer sin preparación previa. Sagmeister explica que su primer sabático le llevó dos años de planificación y ahorro, y avisó a sus clientes con un año de antelación. La realidad es que la mayoría de nosotros no gozamos de la flexibilidad necesaria en nuestras vidas como para dejar nuestro trabajo durante un año. Afortunadamente, sin embargo, sí podemos tomarnos sabáticos prácticos: de un día, una semana o varios meses de total desconexión”.
Cada uno a su manera, porque siempre hay una forma. Y más allá del consejo de Kleon, la cuarentena nos mostró que bajar la velocidad, salirse de la maratón y esperar al costado un par de días, funciona.
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Como les conté en la Carta Número Dos, en los primeros días de la cuarentena hice un curso de respiración. El aislamiento hizo que el curso que quería hacer hacía un tiempo estuviera disponible online y dictado por Soledad Simond. Sole es periodista, directora de la revista Ohlalá y coach del Arte de Vivir desde hace más de diez años. Además, es influencer (@solesimond en IG) y una gran storyteller. Hace muchos años, cuando empezó a interesarme el mindfulness y la respiración consciente leí su primer libro Yo Respiro. En ese momento no sabía sobre su historia, ni que era periodista. Me conquistó – supongo – el título del libro. Fue mi primer acercamiento a la respiración consciente, el primer paso de un camino que llega hasta hoy y espero que siga. Empezar de Nuevo es su segundo libro. Sole cuenta su propia historia: después de una ruptura amorosa, de muchos años de noviazgo, con casa, patio y perro, la relación se termina y ella tiene que empezar de nuevo. En su libro habla sobre cómo atravesó el duelo, no solo de su compañero de vida, sino de la escenografía en la que sus días se desarrollaban: casa, barrio, mascota de él, hijo de él, rutinas, horarios, ruidos, aromas, hasta líneas de colectivo. En ese momento, todo se vuelve una razón para recordar y traer la nostalgia al centro la mente. Sole comparte todo el aprendizaje que le dejó ese viaje y es muy fácil sentirse identificado y crecer a la par suya: todos pasamos por una pérdida, un cambio, una situación límite. Me anoté al curso. Que lo dictara ella era un plus. Aprendí un montón de cosas, conecté con personas hasta el momento desconocidas a través de Zoom y me quedé con un Sudarshan Kriya para hacer en casa todos los días: una combinación de ejercicios de respiración que desinfectan la mente del hollín diario y la recargan de energía. Si les resuena esto, hagan ese curso o alguno similar, es una herramienta súper valiosa. También hicimos clases de yoga y me quedé súper enganchada. Quise aprender más y encontré en la biblioteca un libro de mi suegra: Por siempre joven, por siempre sano de Indra Devi. También, una historia de vida con muchísimo contenido valioso sobre India, el Yoga y su historia, las asanas, los beneficios para el cuerpo, la mente y el espíritu y lo más importante: cómo acoplarlo en la rutina de un occidental. Indra Devi escribió varios libros, este es uno de sus primeros y es una forma ligera de entrar en el gran mundo del Yoga y las yoguinis.
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Y para descansar un poquito la vista, quiero contarles de dos podcasts que estuve escuchando en los días de encierro.
Unlocking us es el podcast de nuestra querídisima Brené Brown. No sé si hablarles de algún episodio en particular o dejarles solo estas dos oraciones así lo escuchan completo.
Les adelanto: uno de los episodios que más me impactó fue con la escritora Glennon Doyle. Yo no la conocía, ahora la sigo en Ig y es un hallazgo. Brené la entrevista porque hace muy poco publicó Untamed, su nuevo libro, que ya está en mi lista de pendientes. No sé si hay modo de contarles sobre este capítulo sin spoilear. Es una historia de vida muy intensa y una transformación personal increíble, tengo todo el presentimiento de que ese libro debe ser una bomba de energía de vida. Escuchar a su autora charlando con Brené me dejó esa sensación.
En otro de los episodios, Brené charla con Alicia Keys. También, historia inmensa de vida. Hace poquito salió su tercer libro y es su autobiografía. Se llama More myself, a journey. También, fue a la lista.
Por último, habló con Celeste NG, una autora de ficción que acaba de publica Little Fires Everywhere, una novela sobre la maternidad, los pros, los contras y el aprendizaje de que todos los grandes momentos de la vida te sacan algo que querías, el famoso y tan importante tradeoff. Me encantó.
Y, saliendo un poquito del desarrollo personal para pasar a la literatura Borges: una introducción es el podcast en el que Santiago Llach, escritor, poeta – y mi profe de taller literario – habla sobre Jorge Luis Borges, su vida, los temas que elige en sus poemas, los dos momentos marcados de su literatura, por dónde empezar a leerlo, qué esperar. Ya sé que pensar en leer Borges asusta muchas veces, es un autor complejo, con muchas referencias y que requiere concentración. Pero el modo en que Santiago lo aborda derrumba esa expectativa errada. Es una charla entre personas que lo leyeron muchísimo – Pedro Mairal, Beatriz Sarlo – personas que lo admiran y lo desmenuzan para los que todavía no lo desciframos. Sentí la necesidad de ir en busca de alguno de sus cuentos para meterme de lleno en su universo, que sigue siendo después de tantos años, único y novedoso.
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Además del newsletter de Kleon, recibo algunos otros. Entre esos otros ahora estoy leyendo dos con muchas ganas:
Intranquilas & venenosas: Una charla por mail entre Tamara Talesnik y Olivia Gallo, ambas escritoras argentinas, en el que hablan sobre todo lo que está pasando y cómo vamos mutando los humanos en estos días de encierro. Para suscribirse es acá.
Un newsletter mensual sobre creatividad en el que Carla Bonomini, una argentina viviendo en Berlín (minicarbono es el IG) recomienda tendencias creativas, principalmente audiovisuales. Cortos, películas, series que están recién saliditas del horno, que capaz ni sabemos que están online, pero que ya hicieron revuelo en el mundo creativo. Para recibir este refresh mensual, se anotan acá.
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Por último y no menos importante quiero dejarles cinco temas que escuché muchísimo estos días, que me acompañaron haciendo más calmo el exceso de calma que había afuera y calmando la falta de calma que tenía adentro, sobre todo, los primeros días de esta tan novedosa pandemia.
Wildflowers – Tom Petty
American Pie – Don McLean
Sweet Child O Mine – Captain Fantastic Soundtrack
Red – Mt Wolf
Gross – Phela
Dolce Far Niente – Heddwch
Little Piece of Nothing – Dave Thomas Junior
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Con la obligación de quedarnos en casa me hice fan de cosas nuevas, pero de una principalmente: los autodescubrimientos. Me refiero a esas revelaciones sobre nosotros mismos, sobre eso que nos gusta y eso que ya no – o nunca – nos gustó, lo que queremos en nuestra vida y lo que no, la caída de los velos sobre eso que estábamos tan seguras y que ya no. En mi caso particular, descubrí hábitos, me puse a prueba y encontré formas de cómo seguir una vez que esto se termine. Me encantaría que me cuenten sobre esos momentos, estoy segura de que los tuvieron.
Y lo último de lo último: ¿Hicieron alguna vez dulce casero? Prueben. Elijan cualquier fruta que haya en su heladera o en su mesada, corten en cubitos y pongan a calentar a fuego lento. Cuando ya esté blandito agregan azúcar. No sé medidas exactas, pero son dos partes de fruta y una parte de azúcar. Mezclen. Guarden en frasquito de vidrio en la heladera y estrenan mañana en el desayuno.
¡Buen finde!
Alida
Esto lo escribí cuando Uma había repuntado un poquito. A los tres días, Uma se fue al cielo de los perritos, en mis brazos dejó de respirar. Pero ella, su historia y su final merecen una publicación aparte, que seguro tomará forma en unos días. Una sola cosa: tengan perros.