¡Volvieron las cartas!

Da lo que tienes. Para algunos, eso puede ser mucho más de lo que tú puedas creer

Henry Wadsworth Longfellow

Querida lectora:

¿Hay algo más peligroso para los fanáticos de la lectura que la obligación de estar encerrados en su casa y con más tiempo libre que de costumbre? Nada podría habernos liberado tanto de la culpa de pasarnos horas y horas (o días) saltando de un libro a otro.

Está demás decir que durante estos ya más de cuarenta días me asusté, sufrí ansiedad, me angustié, pasé algunos días haciendo nada y pasando del sillón a la cama y otros en los que fui archi hiper productiva: hice tortas de todo tipo, ordené placares, armarios y cajones y limpié lugares de mi casa que ni sabía que existían. Enduí y pinté dos paredes que tenían humedad, hice gimnasia por Youtube, dibujé, toqué el saxofón, me anoté a un curso de alemán, empecé una práctica de yoga y pranayama (que milagrosamente sigo al día de hoy), hice un seminario de periodismo narrativo, le corté el pelo a mi novio y a mi perra y anduve en medias días enteros (Y lo mejor: ¡fui tía!). Pero, por sobre todo eso y más que ninguna otra cosa, leí. Salté de un libro a otro, de ficción a no ficción, de técnicas de creatividad a biografías y de herramientas de storytelling a prácticas sagradas de comunidades ancestrales.

Unas cuantas personas me preguntaron qué estaba leyendo y no fue fácil compartir la realidad: llegué a tener siete libros abiertos entre formato papel, digital y audiolibro. Más algunos podcasts súper valiosos, nuevas bandas de música y alguna que otra serie. Nada me ayudó más en este encierro que la cultura y el arte: no nos olvidemos nunca más de su importancia, por favor. Y para no hacerlo más largo, esta intro es para contarles que a partir de esos pedidos, me propuse compartir mis lecturas (y algunas otras cositas que me llenaron el alma estos días) a través de estas cartas, porque como dice Henry Wadsworth Longfellow en la frase que dejé al comienzo – y que leí en un libro de Austin Kleon – : «Da lo que tienes. Para algunos puede ser mucho más de lo que tú puedas creer». Y esto es lo que yo tengo.

Cada semana iré compartiendo mis descubrimientos. No son recomendaciones, yo no les recomiendo que lean, escuchen o miren lo mismo que yo porque cada proceso es único. Solo les comparto lo que me asombra y me convoca a seguir buscando, porque tal vez alguna esté necesitándolo. Cada una sabrá lo que le resuena y por dónde tiene que seguir. Y como las cartas pretenden empezar una conversación por escrito, estaré esperando las suyas.

Con entusiasmo,

Alida